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Re Rol Serie: La Purga Madre
Crónicas

Re Rol Serie: La Purga Madre

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  • Publicadomarzo 18, 2024

Kohu Lacroix está atado al palo de la hoguera. A su alrededor lo observan una decena de cultistas sanguinarios, sus caras iluminadas de rojo por las lenguas de fuego de la hoguera que empiezan a hacer transpirar al medio-elfo pícaro. Está en Lago del Diablo, el lugar donde las aguas siempre son rojas como la sangre. En la oscuridad, cerca de allí, sus compañeros están planeando su rescate. No está solo en la lucha, aunque no lo sepa. 

Introducción dramática

“Kohu, hace dos semanas que estás acá”, dice Tina Such, la narradora de Re Rol, la serie web que siguió a este grupo variopinto de héroes y heroínas de una partida de Dungeons & Dragons y que fue premiado internacionalmente. Lo está diciendo enfrente de cuarenta personas que han pagado una entrada para presenciar este show en Casa del Árbol, un bar y centro cultural en el barrio porteño de Palermo.

“Han pasado ochenta y cuatro años”, dice con timing cómplice Bruno Corrarello, exagerando lo que le acaba de narrar la DM. El auditorio estalla en lo que será la primera carcajada de una noche llena de acción, chistes, pero – por sobre todas las cosas – el sentimiento de que hay algo más aquí: comunidad. ¿Cómo empezó esto?

El principio

Noviembre de 2023. Tina Such y Oki Daray están detonados después de pasarse el día entero viendo una película detrás de otra en un festival de cine en Mar del Plata.  La Feliz – así se le dice en Argentina a esta ciudad – sirve de bálsamo para un momento difícil. Ambos se han quedado sin trabajo recientemente. El éxito de Re Rol es una de las pocas cosas que los ha ayudado a mantenerse sanos y sobrellevar estos momentos. En agosto hasta se habían permitido hacer un evento en vivo, donde proyectaron los dos últimos capítulos de la serie junto a sus fans. 

“Nos cambiaron la vida”, llegó a decirles una de las personas que había asistido al evento. Otres les mencionaba cómo veían la serie con sus hijes. En todos los casos había todavía algo de nerviosismo en el aire. Era la primera vez que los protagonistas conocían a su fandom, y para los espectadores era la primera vez que estaban frente a quienes habían seguido capítulo tras capítulo en sus peripecias con el Brote de Fuego y enfrentando a La Condesa. 

Llamado a la acción

Reciben un mensaje. La Casa del Árbol quiere definir la agenda 2024 y necesita saber si Re Rol quiere hacer algo. Es ahora o nunca. Oki, detonado desde su cama, mira a Tina y dice “Si, de una”. Ha comenzado la cuenta regresiva. Pronto se sucederán reuniones para definir qué sería exactamente lo que el grupo propondría y terminarían definiendo ir por algo que no se ha hecho nunca en Argentina: un show de actual play pago. 

Ponen la mira bien alto y deciden revisitar a los personajes de “El Brote de Fuego”, su primera campaña. Tina comienza a trabajar con les jugadores en un bosquejo de la partida que va a dirigir. Arcos de personaje, aprendizajes. Es también momento de innovar.  La campaña que salió en Youtube había tenido un tono alegre y por momentos inocente, puesto que estaba situada en el plano feérico (Feywild, para los amantes del inglés). Buscando darle una vuelta de tuerca deciden explorar otro género: el horror de supervivencia. No es casualidad que la elección de descripciones que Tina elige para la escena de Kohu en la hoguera nos recuerda a León Kennedy recorriendo un pueblo lleno de cultistas infectados en España en el Resident Evil 4. 

Hace poco se había estrenado la película “Cuando acecha la maldad”, dirigida por Demian Rugna, y en un principio deciden hacer un juego de palabras con ese título. La partida estuvo a punto de llamarse “Cuando has hecho una maldad”. Entra en escena Victoria Codaro, productora extraordinaria y mujer orquesta. Otra de las inspiraciones de este espectáculo es la serie de películas de “La Purga” y se le ocurre mezclar su título con el insulto argentino por excelencia. Nace así “La Purga Madre”.  

Reuniones semanales se suceden una detrás de otra, y por momentos parece que no se va a llegar a tener todo lo que se quiere tener. Vender las entradas, chequear cámaras, sonido, iluminación, música en vivo, participación del público, stands con merchandising. Los días anteriores el nerviosismo impide que algunes del equipo duerman. Llega el día del espectáculo. 

El momento de la verdad

En el backstage, a pedido de Mica, comienzan a hacer unos ejercicios para soltarse. Sacuden sus extremidades. Gritan. Algún empleado de La Casa del Árbol lanza una mirada curiosa. Un recorte de cartón tamaño real de la Coca Sarli decora un sillón. El equipo vuelve a ver los últimos capítulos de El Brote de Fuego para tener a punto las interpretaciones de sus personajes, que no han jugado desde el 2021 cuando se grabó originalmente la serie. 

Llega el momento del show. El equipo de Re Rol baja las escaleras y se quedan agolpados, esperando a que Candy, le presentadore, los anuncie. A medida que va diciendo los nombres, van ingresando y son recibidos por cuarenta personas que han pagado por estar aquí, por verles.

Una y otra vez habían planeado como tomar sus asientos, pero no hay plan que resista el primer contacto con el público y sale como se puede, y a fin de cuentas, se resuelve. Tras unos malabares para ver de quién es cada micrófono (que lejos de ser criticados por el público, reconfirman la autenticidad de lo que se está viendo y son motivo de risas compartidas con el elenco) la partida empieza.

Tina amarra narrativamente el comienzo de la historia con lo último que supimos del grupo de aventureres que protagonizó “El Brote de Fuego”. Volvemos a Kohu en la hoguera y al resto del grupo intentando rescatarlo. Al principio de la partida se nota un poco el nerviosismo, pero con las primeras carcajadas del público se afloja. Nadie sabe -ventajas de ser periodista- que Tina tiene unos ansiolíticos detrás de la pantalla de master que nunca le harán falta tomar, porque no hay nada de qué preocuparse.

La complicidad del público

“Pueden escuchar el canto helado y susurrante de los aldeanos”, dice en un momento Tina. Es la señal. En secreto a los integrantes del público se le ha repartido junto con el programa del show una indicación: una frase que deben repetir cual cultistas frente a la señal de Tina. 

“En lágrimas y fuego, sufre su alma”, comienza el público, “de su vientre, más frutos brotan; almas ardientes, danzan sin calma, llamas eternas, en llanto se ahogan”. La cara de los jugadores muta, no pueden creer lo que está sucediendo.

“Su estirpe, en trance y redención, bajo el manto púrpura, busca su perdón”, dice con más ímpetu el público, “implora ahora, agua de carmesí; la Purga Madre se apiade de tí”. 

Oki Daray toma el micrófono y le pide a su mami que lo venga a buscar y se lo lleve. El público estalla en risa. Esta es una partida interactiva, han influido en los jugadores y se han insertado, por un segundo al menos, en el rol de los sanguinarios cultistas.

En el rol, todes se divierten

La aventura continúa con mucha locura y muchos combates. Vuelven algunos personajes favoritos de los fans, como Loli, la persona-polilla ahora convertida en el “Ángel Alado” de este pueblo. El público se divierte cuando Oki pregunta si están hablando de “El Ángel Al Lado” o “El Ángel Alado”, duda que Tina agarra el vuelo incluso antes que el jugador la termine de formular, una muestra más, de tantas, de la química entre el elenco.

Cada uno brilla en lo que ha destacado en la versión digital. Tenemos el humor seco de Bruno interpretando a Kohu que divierte al público, el pintoresco Quigley interpretado por Oki y su eterna búsqueda por su viejo sombrero, las acotaciones mortíferas de la siempre diosa Artemia interpretada por Cami, y las desventuras de Otsana, de la mano de Mica. El golpe de gracia le toca en esta oportunidad a Ben Izaguirre interpretando a Emile, que con una reacción en cadena de cristales mágicos desata una miríada de efectos de magia salvaje hacia el final de la partida.

El tiempo apremiaba tanto en la ficción como en la vida real, la hora de cierre estaba pautada con La Casa del Árbol, y mientras Tina le pide a Ben que le vaya diciendo los resultados de las tiradas, su cara se queda seria un segundo. Uno de los resultados de magia salvaje destruye a todos los muertos vivientes en millas a la redonda, acabando con casi toda la oposición a nuestros héroes que escapan y vencen, una vez más, a La Condesa. (Condesa, Bruno, no Duquesa). 

Mientras Joaquín grababa todo para la posteridad, enfocándose especialmente en el audio, Victoria iba de una cámara a otra verificando que estuvieran tomando bien el video, a veces haciendo de contorsionista escapando por entre los trípodes para no molestar a nadie del público. 

Llega el final, pero esto recién empieza

El show llega a su final y estalla en un aplauso enorme. El elenco se levanta y va a saludar en conjunto, redoblando los aplausos. No sería el final de la noche todavía, algunos de los fans más fieles (a quienes el equipo de Re Rol quizás solo conocía por sus apodos de Twitch) se acercan. Papas picantes y cerveza de por medio, hablan un poco de la serie, la vida y el rol. 

Tardarán unos días en caer. En darse cuenta de la importancia de lo que ha sucedido. Incluso este cronista que solo puede olfatear que algo extraordinario ha pasado tarda un tiempo en darse cuenta de qué fue exactamente lo que vio que logró superar meramente la barrera de ser una partida de rol más. 

Un acto de resistencia. La victoria de lo colectivo frente a lo individual. Un momento de rebeldía. En tiempos donde el individualismo parece abrirse paso con fría crueldad, expresiones culturales como Re Rol reafirman los lazos sociales con empatía y calidez. Desafían al sadismo de quienes buscan ofender y lastimar con el arma que más les duele a los hijos de puta: el éxito y la risa. No hay facho que pueda conquistar los castillos que construimos en el aire. En el rol, solo lo colectivo triunfa. Ahí está la potencia genuina de Re Rol Serie. No juegan a ser una party. Lo son.  

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