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Conociendo Roleres: Guillermo Kane y Juan Manuel Avila
Entrevistas

Conociendo Roleres: Guillermo Kane y Juan Manuel Avila

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  • Publicadomayo 6, 2024

Quizás conoces el término trosko y sabes, aunque más no sea, el significado del mismo como adjetivo. Pero para los que no lo sepan un trosko, a grandes rasgos, es un militante de las ideas del marxismo, del socialismo, y, fundamentalmente, de las de Leon Trotsky, uno de los líderes de la revolución rusa de 1917 quien luego del fallecimiento de Lenin fue perseguido por Stalin, cuando éste tomó el timón del proceso revolucionario y empezó una contrarrevolución burocrática. Y no solo fue perseguido y exiliado él, sino sus seguidores, en Rusia y en todo el mundo. La revolución de octubre había sido traicionada y el estalinismo perseguía a los trotskistas en todos los países. Así que los troskos tienen ese estigma, perseguidos y marginados, lucharon históricamente contra el capitalismo y contra el Partido Comunista mundial. 

Ahora bien, ¿Por qué esta introducción histórico-política en un sitio rolero? Porque Argentina es un país muy particular, como todos saben, y una de sus particularidades es el de tener al movimiento trotskista más importante del mundo, con legisladores, concejales y diputados en varias provincias del país (algo que no se da en otros países). Y hoy vas a conocer a Guillermo Kane, un rolero que es uno de esos diputados (de la legislatura de la Provincia de Buenos Aires) y a Juan Manuel Avila, que fue candidato a primer concejal de Morón sacando el 4,2% (unos 9 mil votos que no alcanzaron para que entre porque necesitaba sacar 7%) y que es organizador de “Oeste Juega”, uno de los clubes de rol más dinámicos de la última década, tiene una editorial digital de juegos de rol y realizó blogs y podcasts sobre nuestro hobby. 

Y lo más loco es que los dos son militantes del mismo partido, el Partido Obrero en el Frente de Izquierda – Unidad, y ninguno sabía de la pasión del otro por los juegos de rol. Así que al conocer sus historias decidí juntarlos y charlar con ellos para que ustedes también las conozcan. 

Vamos con la primera pregunta que es la clásica ¿Cuándo y cómo empezaron a jugar rol?

Juanma: Bueno, empecé a jugar rol cuando estaba terminando la secundaria. Me acuerdo que en una de las últimas clases de gimnasia en el cole había unos chicos que tenían unas hojas con unos datos raros de fuerza, de inteligencia… Parecía como algo de un videojuego. Y les pregunté qué era y me comentaron que era un juego que se juntaban a jugar. Resultó ser Vampiro y me invitaron. Fui a la casa de un amigo y ahí empezamos a jugar en la zona oeste de Buenos Aires. Había un club de rol en Haedo, así que también me sume a eso y me encantó la propuesta desde un principio. Pero bueno, empecé el CBC y llegó un momento en que la facultad me limitó mucho el tiempo. Entonces lo abandoné un ratito al hobby y cuando ya estuve más avanzado en mis estudios, me acordé de que existía eso de los juegos de rol y volví con todo el amor a juntar a mis amigos del secundario, armamos una super campaña larguísima, al tiempo empezamos a organizar un club con gente que vivía también en zona oeste y desde entonces no paramos. Hace como 20 años que vengo jugando rol. Desde el 2003.

Guille: De pibe me empezaron a gustar mucho los cómics. En particular Marvel y los superhéroes. Yo estaba viviendo en Estados Unidos y en 1992 en un local de libros y juegos de mesa vi el juego de rol de Marvel de TSR de los 80’s y me lo compré por 3 dólares. Me llamó la atención el tipo de juego pero no lo conocía y por un montón de meses lo estuve leyendo, pero como no conocía nadie que lo juegue ni nada sobre los juegos de rol, salvo los RPG de compu que me llamaban la atención pero tampoco los jugaba, no lo probe. Poco después vine a Argentina y a un amigo de la primaria, creo que en sexto grado, se lo mostré pensando que le podría gustar y me dice que los conocía y que sus hermanos mayores jugaban. Y empezamos a jugar, sobre todo con este amigo. A veces también participamos en juegos que hacían sus hermanos mayores y sus amigos, que tenían en esa época campañas largas de D&D, participando episodicamente. Empezamos jugando Marvel y La llamada de Cthulhu. Yo leía Lovecraft y conocí ese juego por él y me lo fotocopie y empezamos a buscar y jugar campañas, y conocer otra gente. Y al final de la primaria empecé a ir a concilios de rol y algún club de rol que se hacía en la ciudad de Buenos Aires. Estaban los ConJuRos (Concilios de Jugadores de Rol, organizados por el Club Juegos de que?) e iba a un club que había los domingos en el Club San Telmo. Tendría unos 12 años. Después en la secundaria seguí jugando un tiempo con un grupo de amigos con los que también jugábamos Marvel, La llamada de Cthulhu y D&D pero avanzando en la secundaria fui dejando el hobby en favor de otras cosas como la militancia, ir a ver bandas, salir, etc. Otras cosas que te van llamando la atención y ocupando el tiempo, pero siempre fue una cosa que, sobre todo con esos amigos de la secundaria y ese de la primaria, compartimos cada tanto jugando alguna campaña. La verdad que mucho más amateur que lo de Juanma, pero me sigue gustando y cada tanto dirijo y juego con amigos. Cuando Internet se empezó a generalizar fue como una manera de volver a conectar y ver material, que juegos están saliendo, comentarios y todo eso fue como una forma de mantenerse activo en el hobby por más que no estuviera tan metido en los ámbitos. Entonces, por ejemplo, las nuevas ediciones de La llamada de Cthulhu, Pulp Cthulhu y demás las estuve viendo en páginas y en podcast y eso me entusiasmó y me dio ganas de volver a dirigir. Otra cosa que pasó también es que en la pandemia, con el aislamiento, salió rearmar una campaña con viejos personajes que jugamos en la secundaria, dándole continuidad, actualizandola e incluso metiendo elementos de la pandemia y las situaciones que estábamos viviendo y fue como una cosa divertida en la mitad de ese quilombo cuando estábamos todos aislados. 

Guille preparando una campaña de La Llamada de Cthulhu

¿Qué juegos dirigen?

Juanma: Mira, yo te tengo que decir que no me caso con ninguno. Me gusta mucho explorar juegos muy variados, muy distintos. Soy un apasionado de las distintas propuestas que hacen los diferentes reglamentos. No soy de creer que da lo mismo con qué reglas jugábamos, total lo que importa es la historia. Yo creo que es parte del arte que se procesa en el acto de juego un buen reglamento que nos ayuda a tener determinadas conversaciones. Yo probé juegos que te hacen tener conversaciones muy distintas. Por ejemplo, me estoy preparando para jugar un juego que se llama Perros en la viña de Vincent Baker. Ya lo jugué alguna vez, pero ahora quiero una experiencia un poquito más sostenida. El juego es como un western de sacerdotes medio mormones que son una especie de guardianes legales, policiales y morales. Y encima son pendejos. Son pibes jóvenes que tienen que salir a mantener unidos los lazos de una sociedad del lejano oeste. Pero también hasta hace poco estuve jugando un juego que se llama Trémulus, que está en la línea de los juegos basados en las historias de Lovecraft. También me gustan muchos juegos basados en las reglas de Apocalypse World, que es un juego que salió en el 2010 y fue como el juego más influyente de los últimos años porque son juegos que proponen conversaciones diferentes cuando estamos jugando rol y distribuyen las autoridades narrativas, las posibilidades de tener injerencia en la historia que se va formando alrededor de la mesa. Me gustan esos juegos que toman ese desafío: Cómo damos herramientas a todas las personas que están participando para tirar cosas piolas a la historia y que no esté librado solamente a la genialidad de algún participante que tenga más facilidad para la elocuencia o para la narrativa, sino que ayudan las reglas a que todos construyamos esto que emerge que es una historia. 

Guille: Por ahí al revés de Juan que está como en una búsqueda permanente medio que nosotros con mis amigos nos quedamos seteados y seguimos jugando el Marvel de TSR de los 80’s. Aunque yo fui  incorporando también las ediciones nuevas de La llamada de Cthulhu, tanto séptima como Pulp, que me parece que hacen una actualización que está buena, tomando elementos modernos sin tampoco hacer que sea otro juego. Algunas veces dirigí D&D y otras más remotamente Vampiro y Stormbringer…

Juanma: Ojo que me parece que está bueno destacar y bancar esos pilares del hobby, lo respeto también.  Lo que digo es que la búsqueda permanente tiene que ver también con qué vueltas le damos al bicho este raro que nos gusta, pero no desmerece las experiencias de juego de los años 80’s incluso de los años 70’s. Yo este año por primera vez jugué la edición original de Dungeons & Dragons, la del 74, y la verdad que la pasé bien.

Juanma dirigiendo en Farol Club de Rol
Juanma dirigiendo en Farol Club de Rol

Y ya no desde el lugar de narrador, sino de jugador, donde a veces la experiencia es otra cosa ¿Cuáles fueron los juegos que sienten que disfrutaron más jugar del otro lado de la pantalla? 

Juanma: Me gusta la pregunta, o sea, yo disfruté más los juegos que te presentan un desafío concreto. Por ejemplo, juegos como la versión básica de D&D que salían en los 80’s donde vos tenías un objetivo que era meterte en el calabozo y saquear todo el tesoro que puedas. Era un objetivo muy concreto y como jugadores tomábamos ese desafío. Menos etéreo que contar una gran historia. Ese tipo de juegos me parece que los disfruto más. Tomar decisiones tácticas. No tanto táctico en el tablero, de mover miniaturas, sino de en qué problemas me meto o no me meto con mi personaje. Me gusta ese tipo de decisiones. 

Guille: De alguna manera lo que me hace volver al rol con amigos cada tanto es como una idea de vivir o recrear distintos mundos literarios o de fantasía. Es un juego donde surge la posibilidad de hacer conexiones entre la literatura, la historia y distinta data que son divertidas poner en juego con amigos. Con vos Elvis participamos de una especie de escenario que armamos con Marcos Cabobianco (uno de mis amigos roleros que escribió Leyenda) en Buenos Aires en los años 20 para La llamada de Cthulhu. Con montones de conexiones históricas, literarias, de personalidades y en general creo que es eso lo que más me atrae, sea como jugador o como narrador. Ese rato con amigos y ese ejercicio de conexiones culturales e intereses que se va tejiendo me parece genial. 

Guille y Marcos Cabobianco, co-autor de Leyenda

¿Cómo empezaste con “Oeste Juega”, Juan? 

Juanma: Al comienzo de la década del 2010 participaba de un foro online que se llama “DeRol” en donde se conversaba de nuestro hobby y fui conociendo mucha gente piola. Habían muchos rosarinos que le gustaban los juegos que a mí me estaban interesando también y me enteré de que hacían unos encuentros todos los años que se llamaban “Rosario Juega Rol” y un año salió la oportunidad de irnos a Rosario con varios de los pibes que éramos del foro y vivíamos en Buenos Aires. Llegué ahí y me encontré con un evento tremendo. Me encantó. Muchísimos juegos muy variados fuera de las ofertas tradicionales y habituales que se solían ver entonces. Esto fue en el 2013 y volví completamente cebado de esa experiencia y empecé a ver qué podíamos hacer acá en Buenos Aires. En ese entonces estaba en la zona oeste y cualquier iniciativa solía venir de capital, aunque en esos años no había nada o había muy poca movida rolera en el AMBA. Entonces a través de Facebook, que era la red social que estaba más en boga en aquel entonces, aparecieron un par de contactos, se armó un grupo que se llamaba “Concilio de Roleros del Oeste” y con varias personas que por ahí tenían más presencia dijimos “che, juntémonos a ver qué podemos hacer”. Y tuvimos la primera reunión. Éramos algunas personas desconocidas en su mayoría, que solamente sabíamos que nos interesaban los juegos de rol. Aunque otros invitaron amigos que quizás alguna vez habían organizado algún club o algo por el estilo. Y dijimos “bueno, vamos a intentar hacer un club en la zona oeste”. El tema era cómo hacerlo, cómo darle forma y cómo hacer que se sostenga. Una posibilidad era hacer un evento y listo. Pero queríamos hacer algo más. Queríamos que fuese un club y que esté bueno. Yo quería transmitir esas cosas que había visto en la Rosario Juega Rol. Me había gustado mucho la comunidad. Eran un grupo de amigos que se juntaban y charlaban. Yo en ese momento estaba también comenzando una experiencia en el Partido Obrero, experiencia que continúa hasta el día de hoy, y el Partido Obrero tiene como organización revolucionaria un método para llevar adelante sus actividades de una manera seria y concreta. Cuando uno se toma un desafío tan ambicioso como transformar al mundo, cambiar el orden social, hacer de este un lugar mejor para las generaciones futuras, no podés estar improvisando y tirando al tuntún iniciativas. Entonces el partido me mostró a mí una forma de organizar las actividades, organizar una intervención que podría ser artística, podría ser política, podría ser social, y en este caso yo dije “A ver qué onda con hacer una intervención lúdica con los métodos que estaba conociendo del Partido Obrero”, que tenían que ver con que las personas que toman la tarea de llevar adelante estas actividades y de organizarlas, se reúnan regularmente, discutan qué es lo que quieren hacer y fundamentalmente más que discutir resuelvan qué es lo que tienen que hacer y los lleven adelante, se pongan de acuerdo. Porque capaz que uno se junta con ideas muy variadas de lo que tiene que ser un club de rol, de qué cosas son importantes para ese club, qué cosas no son importantes. Por ejemplo, ¿Es importante que el club sea un lugar para jugar juegos de rol en general o un lugar de difusión de nuevos juegos? ¿Es importante que solamente nos interese el aspecto del acto de juego en el momento o queremos que pasen cosas después, que sea una comunidad? Y todas esas discusiones se tuvieron en los comienzos del “Oeste Juega” y fueron dando paso a un acta de fundación con nuestros ejes, nuestras normas de convivencia, la preocupación para que todo el mundo se sienta seguro, bienvenido e incluido en las propuestas del club, y sobre ese método de ir resolviendo fuimos haciendo cosas como conseguir un lugar en donde podíamos tener nuestros eventos de manera gratuita porque queríamos que sea de libre acceso. Conseguir que todas las personas que quieran dirigir puedan dirigir distribuyendo la asistencia, poner algunos dispositivos y herramientas de seguridad por si alguien se sentía incómoda o incómodo, y así fue tomando forma “Oeste Juega”, que en sus primeros momentos se llamaba “Rol En Ramos”. Fue parte de la discusión el nombre porque una tradición que suelen tener los clubes es tener nombres del tipo “los guardianes de la fortaleza del dado” o cosas por el estilo, que nos parecía que era repelente a un sector más amplio. Queríamos que sea un club de amplia difusión, que todo el mundo conozca lo que son los juegos de rol, entonces queríamos un nombre lo más directo posible. Y me parece que habla de la propuesta del club. Y fuimos creciendo. No nos quedaba lugar en la sede de Ramos y abrimos otras sedes en Morón, en Merlo, en Moreno, en Haedo… Algunas se iban cerrando porque los centros culturales siempre tienen esa vulnerabilidad de que sus actividades no son sustentables en un marco capitalista de explotación de los artistas, entonces siempre esas limitaciones hicieron que tengamos que adaptarnos. Pero a pesar de esos límites llegamos a cumplir 9 años este año y estamos pensando en la celebración de la primera década del “Oeste Juega” el año que viene, siendo fieles a esos métodos y a esas bases programáticas con las que surgió el club, que es la amplia difusión de los juegos de rol en un marco inclusivo y de buena onda.

Guille: Yo nunca tuve esa decisión de militancia del rol como Juan. Los dos somos militantes del Partido Obrero, en mi caso hace 28 años, y digamos que desde un lugar de proyecto de dedicación, de compromiso en la lucha cotidiana muy importante para mi vida, para mis actividades. Con todo el respeto y el apoyo a la actividad que puedan estar realizando compañeros como Juan Manuel, no me ha tocado ese lugar. Sería un compromiso o una dedicación muy plena a un hobby que no tengo, pero está buenísimo que haya un espacio porque es difícil a veces tener un lugar para hacer estas cosas en la familia o con los amigos y esta buenisimo tener lugares así abiertos para probar distintos juegos, experiencias, ideas y posibilidades. Y que un grupo de militantes o distintas personas, entre ellos algunos compañeros del partido, estén impulsando un espacio así me parece buenísimo. Me gustaría conocerlo. 

Juanma: Los clubes tienen un poco también ese desafío de servir de plataforma para la persona que capaz tiene un acercamiento más periférico al hobby, que quiere o conocer de qué se trata o cada tanto venir a jugar. Obviamente no hay que ser súper manija en todo en la vida y tomar el rol de organizador es un hobby que se puede probar, digamos, esporádicamente y disfrutarlo.

El equipo de Oeste Juega

¿Cómo fue que empezaste con los podcasts y la “Editorial Rúnica”?

Juanma: Con varias personas del foro “DeRol” nos coordinamos para hacer un blog que se llamaba “Runas explosivas”, que es el nombre de un hechizo de D&D, y fue una experiencia no muy larga, pero sí fue muy intensa, porque asumimos el desafío editorial de tener columnas cíclicas que cada tres días salían, con una producción amplia, de reseñas profundas de juegos, de reflexión, etc. Teníamos una sección que se llamaba “Rolerosofía” y queríamos aportar a la teoría de los juegos de rol, que tiene una trayectoria muy interesante.  Queríamos ver si podíamos sumarnos a esa discusión teórica sobre qué hace únicos a los juegos de rol, cuáles son sus características, etc. Claro que es un tipo de trabajo agotador que insume muchísimo tiempo y en aquel momento yo tenía un trabajo más de oficina que me permitía, cuando el jefe no miraba, dedicarme a escribir. Pero después la vida te pasa por encima y entonces la evolución natural del blog, en la medida en que nos fuimos quedando con menos tiempo, fue ser un podcast: El Podcast Explosivo. Nos juntábamos todas las semanas y tenía más una característica de hablar entre amigos de eso que nos gusta, muy descontracturado, muy amateur, con pésima calidad de sonido y de producción. Si uno lo compara con los podcast hoy en día, parece hecho por neandertales, pero con el encanto ese de juntarte con la gente que querés a hablar de lo que más te gusta. Y bueno, está en Youtube, disponible para quien quiere hurgar en ello. Teníamos conversaciones variadas sobre, por ejemplo, la muerte de los personajes en los juegos de rol, el papel que juega al azar en los juegos, qué es lo que hace una persona cuando dirige un juego de rol, en fin, elegíamos un eje y charlabamos. Con el tiempo y en la medida en que algunos fuimos teniendo dificultades  laborales, personales o lo que fuere, también llegó a su final, pero paralelamente también empezamos con la producción de algunos, muy humildes y modestos, juegos independientes. Otra faceta del blog que dimos en llamar Editorial Rúnica por similitud a Runas Explosivas y nos animamos a hacer algunas publicaciones en formato digital gratuitas. Hoy por hoy tenemos nuestra página que es https://runicagames.itch.io/ 

Y como dijo Lovecraft “No está muerto lo que no puede morir”, y la Editorial Rúnica es más o menos eso, o sea, cada tanto alguno tiene una idea y se publica, cada tanto uno se re enamora de un proyecto que quedó colgado y se pone a hacerle RCP. Es una editorial de amigos donde nos ayudamos entre todos tirándonos ideas, colaborando con el diseño gráfico, así que puede salir cada tanto algún jueguito. No es algo en lo que trabajemos en un horario regular, pero si está ahí en el recuerdo y latente. 

¿Cuándo empezaron a militar y de dónde nace esa búsqueda o necesidad? 

Guille: Yo empecé a militar apenas empezado el colegio secundario, en el año 1995. Eran épocas del menemismo, de las reformas educativas, de mucha persecución a la juventud y empecé en el centro de estudiantes de mi colegio secundario con la UJS (Unión de Juventudes por el Socialismo), que es la juventud del Partido Obrero. Una de las primeras cosas que recuerdo fue la ocupación de mi colegio contra la votación de la ley de educación superior que fue una reforma del menemismo. Creo que la necesidad de la militancia tiene que ver con tratar de transformar la realidad, ¿No? Uno vive en una sociedad en la que muchísimas cosas no son como nos gustaría que fueran, ¿Verdad? Una sociedad injusta, donde hay muchas privaciones, sufrimiento, opresión y creo que en ese sentido la militancia tiene que ver con dedicar una parte importante de nuestras energías a tratar de cambiar esa realidad. Así que desde una militancia juvenil, pasando después por otras experiencias de construcción del partido en otros frentes y demás, hay una continuidad en tratar de desarrollar una organización colectiva que pueda servir como herramienta para encontrarse con otros que también se sienten de esa manera y que quieren transformar esta realidad en otra mejor y poder juntar voluntades para lograrlo en algún momento. Hace muchos años que soy miembro del Comité Central del Partido Obrero. Cuando termine la secundaria, en el 2000, me fui a militar a La Matanza y fui parte de la fundación del movimiento piquetero, del Polo Obrero. Y fueron pasando un montón de cosas. Fundamos el Frente de Izquierda, el partido creció mucho en la lucha por justicia por Mariano Ferreyra, uno de nuestros compañeros asesinados, luego fui elegido diputado provincial del Frente de Izquierda… Ya va a ser la tercera vez que estoy en ese cargo en la Legislatura de Buenos Aires y actualmente soy parte de la dirección de la provincia de Buenos Aires del partido. También tomó otras tareas, entre ellas relaciones internacionales que tienen que ver con organizar la solidaridad entre distintas organizaciones del mundo y en este momento en particular con coordinar acciones contra la guerra imperialista en Ucrania y contra el ataque de Israel a Palestina. También acabo de sacar un libro con mis escritos sobre Estados Unidos que se llama “La crisis del imperio norteamericano” y en general vengo trabajando en lo que es nuestra comisión de formación y propaganda que edita nuestra revista teórica online y en papel que se llaman “En defensa del marxismo”, armamos cursos de formación interna, editamos libros, etc. Una actividad que es variada, que es desafiante y que potencialmente te lleva el tiempo entero de la vida. 

Juanma: Yo empecé hace más o menos 10 años a partir de una serie de inquietudes que se me presentaron.  El asesinato de Mariano Ferreira, algunos conflictos en el ámbito educativo y el deterioro y el desgaste de una experiencia del gobierno de aquel entonces, del kirchnerismo, que yo veía que no me cerraba su propuesta política. Yo estaba en pareja con una chica que militaba en el Partido Obrero y que me acercó un poquito a ver cómo era la organización, como se discutía, qué tipo de actividades se realizaban y fundamentalmente conocí la Prensa Obrera y me llamó mucho la atención porque quizás para quienes están acostumbrados a las prensas partidarias no séa una gran novedad, pero para mí lo era el hecho de que en todo artículo de la prensa se hace una caracterización de la noticia periodística que se cubría, una denuncia política a sus responsables y fundamentalmente un programa de salida. Es decir, la Prensa Obrera decía cuál era el problema y cuál era la solución y eso a mí me sorprendió por la claridad que tenía la organización que estaba detrás de eso, por los concretos que eran sus sus planteos y por el grado de acuerdo que yo sentía con ellos, ya que si bien yo en en mi juventud había leído algo de marxismo, nunca lo había llevado a la práctica. Había sido un consumo más bien intelectual. Ahora se me se me generaba la inquietud de intervenir en la realidad para tratar de transformarla. Y así comencé una experiencia en el Partido Obrero, empezando en los ámbitos barriales y también docentes. Actualmente estoy militando en la zona oeste del Gran Buenos Aires, en el partido de Morón, y mi activismo, si bien involucra muchos aspectos y distintos ámbitos, se enfoca en lo sindical docente. Soy profesor de Lengua y Literatura y militó en el SUTEBA, que es el sindicato docente de Buenos Aires. 

Guille junto a Néstor Pitrola, dirigente del Partido Obrero

¿Cómo llegaste a ser candidato a concejal de Morón? 

Juanma: Mi candidatura fue planteada a partir del reconocimiento de mis compañeras y compañeros. La votación que hicieron para que yo sea el vocero del partido en las últimas elecciones fue un proceso diferente al que tienen otras fuerzas políticas que quizás asignan a sus candidatos a dedo o por convenios o arribismos de las figuras políticas de turno. En las organizaciones revolucionarias en general, y en el partido en particular, la determinación de quienes van a ser las candidatas y los candidatos para una elección, quienes van a hacer sus voceros, se resuelven en ámbitos asamblearios por medio de la votación y así es que yo fui propuesto como candidato. En un primer momento fue a intendente, pero luego se propuso que mi candidatura sea a concejal, ya que son los cargos expectables que supo conseguir y conquistar la lista del Frente de Izquierda en otros municipios en las últimas elecciones. 

Juanma con la boleta donde aparece

Y vos Guille, cómo llegas a ser diputado por la provincia de Buenos Aires? ¿Y cómo es ser diputado? 

Guille: Llegó igual que como contó Juan, propuesto por mis compañeros. Lo interesante es qué es ser diputado de izquierda: Significa reunirse todo el tiempo con sectores que están reclamando, que están en lucha, y tratar de darle a esos reclamos una forma política, parlamentaria, que ayude a visibilizar, a centrar ese reclamo sobre el estado y tratar de darle fuerza. Eso puede significar escribir un proyecto de ley, como el del boleto estudiantil gratuito que hemos logrado que se apruebe, o hacer una audiencia en la Legislatura para darle visibilidad a un reclamo. 

Guille en la legislatura

¿Cómo conviven esas dos pasiones: militar y jugar rol? 

Juanma: Cuando una persona asume la militancia en términos plenos como lo hace Guillermo o como lo hago yo, prácticamente cualquier cosa de su vida entra en relación con el activismo político, ya sea porque los tiempos que uno tiene son limitados o porque la forma en la que organiza su vida entra en consonancia con cómo organiza su militancia y yo creo que uno de los puntos de contacto en mi trayectoria como rolero refleja esas transformaciones que mi vida tuvo también a partir de la incorporación al Partido Obrero porque si bien el club del que formo parte y del que participe en la fundación no es una organización que esté ligada al Partido Obrero, si surgió en un momento en que yo empezaba a tener una experiencia con el partido y me permitió esa experiencia observar métodos organizativos muy eficaces. Entonces ahí en cuestiones metódicas me ayudaron a asumir una tarea de organizar un club de juegos, usando el método de la asamblea de base, la discusión en lo que se conoce como “células” (la célula en un partido revolucionario es un grupo de personas que se reúne periódicamente para discutir cómo intervenir en determinado aspecto) y es lo que hacíamos con las chicas y los chicos con los que organizamos el “Oeste Juega” en un comienzo: Nos reunimos para discutir dónde vamos a abrir el club, qué lugares podemos encontrar, que vamos a pedir de esos lugares, etc. Queríamos, por ejemplo, que la entrada sea libre y gratuita. No queríamos que la gente tuviese que pagar una entrada y que alguno se quedará afuera por no poder pagar. Después estuvo el funcionamiento cotidiano, porque uno arranca con un proyecto pero después hay que defenderlo, hay que darle forma y ahí es donde la asamblea de base se instaló como ámbito en el que todo aquel que quiera participar puede dar su voz, opinar, votar y sumarse a las resoluciones que lleva adelante el club y de esa manera también se democratizó el funcionamiento del club. 

Guille: En mi caso soy militante full time y juego rol a veces, con amigos, cuando se da la situación, se alinean los astros y el tiempo. Así que bueno, aunque me gusta, aunque siempre estoy chusmeando alguna cosa o alguna idea para dirigir, esperando cuando surja la oportunidad, la verdad es que el rol un poco queda como un hobby eventual. 

¿Creen que los juegos de rol son una expresión artística y, como tal, pueden llegar a tener una función social y/o política?

Juanma: Es indudable que los juegos de rol como experiencia comparten muchas cosas con otras formas de arte. Es una actividad creativa y estética. Entonces si estamos de acuerdo con eso estamos muy cerca de considerar que los juegos de rol efectivamente son un tipo de arte. Un tipo de arte nuevo que tiene menos de 50 años de edad. Entonces su valoración, su análisis y su funcionamiento son todos aspectos difíciles de procesar y de entender. Por un lado tenemos el acto de juego en sí, que es como una especie de improvisación teatral, a veces acompañada por un despliegue también gráfico, con miniaturas que hasta son pintadas por jugadores, y por una emanación narrativa que acompaña el intercambio de la conversación que se sostiene. Ahí vemos que aparecen muchos elementos que son profundamente artísticos y que son indispensables para llevar adelante una partida de rol y eso me parece que es lo que hace que metamos a los juegos de rol dentro de la bolsa del arte, y por otro lado tenemos después el juego de rol como texto que también creo que es, o puede ser, profundamente artístico no sólo por las ilustraciones que lo acompañan, que lo impulsan, sino también por el desafío de generar un tipo de texto evocativo pero a la vez también funcional en tanto manual de instrucciones. Yo soy una apasionado de la literatura y del análisis literario, por lo tanto encuentro en estos bichos raros que son los manuales de los juegos de rol un profundo placer en su lectura porque me interesa ver cómo distintos autores hacen para llevar adelante la propuesta de juego y mientras te explican las reglas de las mecánicas, se encargan también de traducir o expresar una ambientación, un tono, que luego tiene que ser ejecutado en las conversaciones que las personas que sigan esas reglas puedan experimentar. 

Guille: Tanto el diseño como los propios juegos de rol son una ocupación donde se usa la creatividad, donde se ponen en juego un montón de conexiones culturales, posibilidades de elaboración, de desarrollo, que son ricas. Hoy en día por ahí es una cosa medio de nicho, aunque veo que está llegando a sectores más amplios y me parece que tiene que tener su lugar, su apoyo, ser fomentada, tener la posibilidad de llegarle a un montón de gente que no lo conoce y que lo podría disfrutar. Así que me parece que sí, que es una actividad creativa artística y que merece todo el fomento y la difusión. 

Además, en general, yo creo que en la relación entre el arte y la política, más allá de que obviamente todo arte es político y lo que cada uno hace y deja de hacer refleja posiciones, concepciones, incluso toma de decisiones más abiertas llegado el caso, la política no tiene que dictar lo que haga el arte, sino que tiene que pelear por las plenas condiciones de libertad. Tanto de libertad de expresión como de tener las condiciones materiales para desarrollar ese arte y creo que el reclamo político tiene que estar siempre colocado ahí. Entonces la libertad para el arte y el arte para la libertad. Ese es el ordenamiento que entendemos desde el Partido Obrero y el que revolucionarios como León Trotsky plantearon en el libro “Literatura y revolución”. Contra la idea de que tenga que haber una bajada de línea partidaria o estatal para que sea correcto y virtuoso, al revés, nos parece que lo más revolucionario es la completa libertad creativa y la pelea por las condiciones para que todo el mundo se pueda desarrollar. Cosa que bajo un sistema capitalista no está, no existe. 

¿Qué piensan del estado de los juegos de rol hoy en día a nivel general?

Juanma: Los juegos de rol tienen una vida corta. Este año van a cumplir 50 años. Entonces el estado actual de los juegos de rol lo tenemos que comparar con la evolución que tuvo en estas últimas décadas. ¿Cómo son hoy los juegos de rol? Bueno, distintos a cómo eran los juegos de rol en los años 70’s y distinto a como lo fueron en los años 80’s y así podríamos hacer saltos de década en década caracterizando cómo funciona el mercado de los juegos de rol, cómo funcionan las reglas de los juegos de rol, cómo funciona el imaginario que tenemos de lo que es un juego de rol. Hoy en día podríamos hablar de una nueva edad de oro de los juegos de rol donde abundan y proliferan distintos reglamentos, distintos juegos, distintas maneras de jugar que sacudieron la forma en la que entendíamos el hobby de los últimos 40 años. Si bien tenemos un panorama mayormente dominado por un juego que es D&D, hay una oferta muy suculenta de juegos alternativos, de desarrollo muchas veces independiente, que como no tienen por detrás una editorial que tiene como principal objetivo su colocación en el mercado y la competencia con otros juegos de rol, puede darse el lujo de animarse a proponer reglas novedosas, enfoques polémicos, que quizás no apelen al consumo masivo, sino a una experimentación que luego a la larga quizás logra transformar el general de cómo funcionan los juegos de rol. Es lo que pasó, por ejemplo, hace ya 15 años con un juego que se llamaba Apocalypse World. En su momento cuando salió no fue mayormente reconocido o masivamente conocido, pero poco a poco fue haciéndose el lugar en la comunidad no solamente de jugadoras y de jugadores, sino también de diseñadores de juegos y hoy en día tenemos un mercado que podríamos hasta pensar como saturado de juegos basados en Apocalypse World o como se dice en inglés Powered By Apocalypse. Si uno observa hoy en día qué juegos se están publicando en Estados Unidos o cuáles son los proyectos de mecenazgo más exitosos de los últimos cinco años es sorpresiva la enorme y abrumadora mayoría de juegos basados en las reglas de aquel juego independiente que cumplió 15 años y que hoy se ganó un lugar en el mainstream de los juegos de rol.  No desplazando a D&D pero sí obteniendo un reconocimiento en muchísimos de los ámbitos de juego, en muchísimos de los clubes, de los eventos en los que si uno va es muy posible que encuentre repercusiones de esas producciones independientes de los juegos de rol. Así que el mundo de los juegos de rol hoy está viendo las consecuencias de producciones independientes muy usadas de hace 15, 20 años, que a partir de de la proliferación de proyectos de mecenazgo, de páginas en las que se publican y se comparten producciones de diseñadores independientes, abren la cancha a nuevas formas de pensar en nuestro hobby. 

Guille: Me parece que salen cosas muy interesantes. No soy un experto, pero creo que hay una especie de evolución de los juegos de rol hacia otras formas narrativas, hacia mecánicas nuevas, tanto por la vía de aggiornamiento de nuevas versiones de los juegos clásicos como un montón de juegos mucho más experimentales que son muy interesantes. Me gustaría tener tiempo para profundizarlo más, porque es un sector donde evidentemente en los últimos 15-20 años ha habido como toda una revolución de nuevas búsquedas, de nuevas variantes, que me parece súper interesante.

¿Qué opinan sobre la afición a los juegos de rol en nuestro país?

Juanma: Hace 15 años, o incluso hace 10, percibía una escena local de los juegos de rol muy polarizada, con un 90% de las partidas que transcurrían usando o la línea de Mundo de Tinieblas o la llamada de Cthulhu o D&D. Desde ese entonces a la actualidad creo que hubo una diversificación de la oferta de juegos, una proliferación de muchos espacios en los cuales se puede jugar, con varios clubes, muchos de los cuales duraron más o menos tiempo, y también espacios virtuales que durante la cuarentena florecieron y ofrecieron la posibilidad de experimentar cosas que habitualmente una persona no experimentaba, ya sea porque no tenía acceso a los reglamentos o porque no tenía gente físicamente cerca para jugar. Hoy en día creo que la escena rolera le permite a las personas ir a distintos clubes de juego y probar propuestas muy variadas.

Guille: No conozco mucho la comunidad rolera local pero me parece que ha tenido un reverdecer por ahí con la pandemia, con rearmar comunidades desde lo online. También evidentemente con la difusión de juegos de rol en programas, en películas, Stranger Things que fue un fenómeno fuerte en Netflix le puso muy el foco a los juegos de rol y por contactos que tengo con gente como vos Elvis, y con Marcos Cabobianco, con el que organizan el “Club de Rol Farol”, y experiencias como “Oeste Juega” muestran que hay un público, con muchos jóvenes que se incorporan. Además las generaciones más gamers, de videojuegos, hacen que la conexión con lo lúdico sea menos estigmatizada o infantilizada que lo que estaba en otra época y eso permite que se amplíen las comunidades. Lo que sí veo es que hay poca producción de rol en Argentina. “Leyenda” es una linda experiencia al respecto, que aparte tiene mucha originalidad con los roles que plantea, como el tema del “coro”. En términos de elaboración propia en estos clubes hay un montón de gente que está haciendo aventuras o cosas que tienen que ver con la realidad de Argentina y creo, o me da la impresión, de que hay muy poco o casi nada escrito sobre eso, así que bueno, creo que ahí hay todo un filón para desarrollar, para meter nuestra cultura, nuestra literatura, nuestra historia, nuestra realidad, nuestras inquietudes, en esta forma creativa que son los juegos de rol. 

¿Qué les gustaría o les parece que habría que hacer para difundir y hacer crecer el rol acá?

Juanma: Hay que reconocer que los juegos de rol siguen siendo un consumo cultural completamente marginal en la Argentina. Quizás en otros países latinoamericanos es todavía más marginal y pienso en un país como Brasil, en el que es menos marginal, pero sí es formando parte de un consumo minoritario, quizás hasta propio de un sector social más acomodado que otro. ¿Cómo se hace para transformar esa realidad? Esa es una pregunta que los que sentimos una pasión por los juegos de rol nos hacemos desde hace muchísimo tiempo ¿Hay que transformar los juegos de rol para acercarlos a las personas? ¿Hay que transformar las temáticas de los juegos? ¿Hay que enlazarse de alguna manera con entidades u organismos que atraviesan a la sociedad como los clubes de barrio, los programas municipales, las organizaciones sociales? ¿Qué se hace para llevar la propuesta de los juegos de rol al tejido de la sociedad? Claramente no tenemos la respuesta para eso. Lo que yo personalmente intenté hacer y lo sigo intentando es generar un espacio de difusión del hobby. Y tratar de que ese espacio sea inclusivo, sea respetuoso y sea seguro. Hacer que un espacio como este se sienta como una comunidad de amigas y de amigos a los que podés venir y conversar de lo que tengas ganas, ya sea los juegos de rol, o sea en otro tipo de conversaciones que normalmente vienen asociadas como pueden ser los cómics, las películas, la literatura y a lo largo de estos años nos tocó ver muchas camadas de roleras y roleros que pasaron por las puertas del “Oeste Juega” aprendiendo de lo que se trataban los juegos de rol y luego fueron a sus casas con sus amigos a seguir difundiendo el hobby incluso por fuera del club y eso está buenísimo, ver nuevas generaciones que se acercan. Cada vez que llegan unas vacaciones de verano, vienen nuevas camadas de roleras y roleros que después los vamos viendo crecer durante el año y es una locura, que aquella persona que se acercó sin tener idea de lo que era un dado de 20 caras después de un tiempo se transforma en una difusora de este tipo de juegos.

Guille: Creo que estaría bueno fomentar que todo ese público también se anime a ir elaborando y que eso tenga un espacio de difusión, tenga un apoyo, la posibilidad de llevarlo a papel o a PDF, que circule. Lo lindo del juego de rol es que en una época súper individualizada es una experiencia colectiva. Es el interés en no sólo armarte tu película en tu cabeza, sino construirla entre varios y eso significa la posibilidad del desafío de medir tus expectativas contra las de otros y que salga algo que siempre es distinto a lo que te hubieras imaginado, a lo que hubieras previsto. Me parece que eso como ejercicio es de hecho una ruptura con un individualismo rampante que el capitalismo en crisis nos mete todos los días como lógica. Así que creo que en la etapa en la que estamos, que es una etapa súper difícil evidentemente de la vida del país, para los trabajadores, para los jóvenes, se vienen días donde vamos a estar puestos muy a prueba y todo lo que sirva para difundir y fortalecer lazos colectivos, lazos de solidaridad en la ayuda de enfrentar juntos la situación que vivimos me parece que refuerza, porque es realmente el gran valor que vamos a necesitar para la etapa. Es la empatía, es la solidaridad y es la organización colectiva. Así que creo que los roleros seguramente tienen una buena dosis de esto por su propia actividad que han elegido y esa disposición a pasar tiempo juntos pensando problemas, sintiendo emociones, armando historias. Creo que muchos roleros tienen inquietudes sociales, políticas, de su comunidad y bueno, cada uno desde el lugar que esté tiene que pensar que puede hacer y qué puede aportar para salir del pozo en el que estamos. 

Juanma: Hay que decir que aunque esté muy bien que existan estas sociedades de fomento de los juegos de rol, estos clubes, toda esa buena voluntad se encuentra con un límite material muy concreto y es que hay amplios sectores de la población trabajadora que no tiene posibilidades de acceso a este tipo de experiencias y no tiene posibilidad de acceso porque no puede satisfacer las más básicas de sus necesidades. Estamos hablando hoy en día de un país que tiene a la mitad de su población en condiciones precarias y tienen casi un 60% de la infancia por debajo de la línea de la pobreza, en esa realidad tan funesta es claro que no todos podemos acceder a todas las formas de cultura, de arte y de entretenimiento. Por eso si nosotros queremos que las personas tengan pleno acceso al deporte, a los juegos, al arte, necesitamos romper todas estas cadenas que someten a los más amplios sectores de la humanidad a esta miseria económica y social. Y ahí hay un nuevo punto de contacto claro entre los juegos y el activismo político. Tenemos que transformar esta sociedad de raíz si queremos ser libres de elegir y de experimentar toda forma de entretenimiento, con todo lo hermoso que eso es.

La charla fue larga pero muy interesante. Se hablaron montones de temas que me parece que nos pueden hacer pensar y reflexionar como roleros y como parte de la sociedad. Le agradezco muchísimo la confianza, la libertad y la oportunidad de publicar una nota así al equipo editorial de Dado Manija, donde se habla mucho de política, estén o no de acuerdo con lo que transmiten los entrevistados. Y espero les haya gustado conocer a estos roleros troskos.

¡Hasta el próximo “Conociendo roleres”!

 

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