Entrevista: Leon Marcilla – La Taberna de rol
El Dungeon Master y creador de contenido rolero, en el canal de youtube La Taberna de Rol, nos cuenta su historia en torno a los juegos de rol. Un viaje de ida.
En la esquina de Laprida y San Juan hay una cafetería que se originó del deseo de una familia: “Poder conocer el Ikigai de cada persona que pase por un café”. En la cultura japonesa existe este concepto que define la razón de ser de cada uno, una inmensa pasión que habita en nuestro interior y hace que la vida valga la pena ser vivida. Cuando León Marcilla ingresa en la calidez del bar Ikigai, su imagen destaca que nuestra conversación girará en torno a su gran pasión.
Si bien no está usando la túnica violeta con la que muchos lo conocen, lleva puesta una camiseta con el nombre de la franquicia más famosa dentro de los juegos de rol: Dungeons & Dragons. Un regalo de cuando fueron embajadores de la marca, explica. Entonces, pedimos unas infusiones calientes al tabernero antes de dar comienzo a la aventura.
“Estoy seguro que hoy no sería la persona que soy si no hubiera jugado rol”
Contemos una historia
“Soy León Marcilla, tengo 34 años, soy de Puerto Madryn, Chubut” –procede a presentarse–. “Yo trabajo en sistemas, un trabajo que conseguí por accidente y por suerte me quedé ahí. Pero principalmente mi hobby de preferencia es jugar rol y soy como la cara del canal de La Taberna de Rol.”
¿Qué es un juego de rol? Comenzamos con una incógnita que hoy en día es mucho más fácil de combatir. Sobre todo porque ahora, de alguna manera, se volvió mainstream y pueden ponerse ejemplos populares como la serie Stranger Things o la nueva película de Calabozos y Dragones. León propone una definición: “En esencia, es una actividad en equipo, narrativa, puramente creativa, donde se toman decisiones y vos vas a tener la responsabilidad de tomar acciones por alguien”. Automáticamente aclara que suena aburrido y “re duro”, así que “la única manera de explicar es jugando y esperar que les guste”.
“Vas por un bosque, tenés dos caminos: uno que llueve y otro que nieva”, plantea como primer acercamiento. Hay que tomar una decisión en el juego y con eso aparece una consecuencia, un obstáculo. Al mismo tiempo hay una persona más haciendo algo similar junto a vos. De repente, son cuatro alrededor de una mesa y empiezan juntos a crear una historia que puede o no ser una aventura heroica rescatando a alguna princesa perdida o combatiendo a un dragón. El uso de dados ayuda a que las consecuencias sean aleatorias e infinitas. La temática varía en cuanto a los gustos de cada uno, porque la realidad es que hay millones de juegos de rol para probar.
Elegir un camino
A principios del 2000, a León lo invitaron a jugar rol. Él no sabía lo que era eso, tenía once años y fue a la casa de un chico a conocer Dungeons & Dragons. En ese entonces, “no existían las herramientas para ayudar a alguien nuevo. La experiencia era muy escasa en cómo enseñar o invitar a alguien a jugar”.
Al grupo le faltaba alguien “que cure” y por eso empezó siendo un druida, que tenía que ver algo con la naturaleza. La primera sesión consistió en crear a los personajes y tardó entre 4 y 5 horas. No iban a jugar ese día, sino que empezarían la semana que viene. León no entendía por qué, él ya estaba listo para jugar.
En la segunda sesión descubrió que era muy tímido: “No podía hablar, me venía alguien y yo no sabía qué hacer, no sabía cómo responder, no entendía cómo eran las interacciones. Simplemente era muy tímido y mis primeras mesas de rol fueron no hablar, sentarme ahí y tirar dados”.
El llamado a dirigir
De a poco pudo ir superándose hasta que logró pulir sus interacciones y entonces la timidez cambió mucho cuando empezó a dirigir, “me veía forzado a hablar sino no podíamos jugar”.
“A mí me llamó siempre la atención la persona que estaba dirigiendo, tenía una pantalla de DM fabricada en cartón y a mí me generaba curiosidad qué estaba pasando ahí detrás. Decía: yo quiero hacer eso”. Al mes de empezar a jugar comenzó a dirigir. Con una fotocopia del manual de Cthulhu 20 y su grupo de amigos de la escuela, fue mucho más fácil jugar y en ese momento se dio cuenta que le encantaba dirigir. Echando la mirada hacia atrás destaca: “Si yo no hubiera jugado al rol no podría estar acá hablando con vos o hacer el canal o todo lo que hago”.
El rol de la taberna
El canal se llama La Taberna de Rol. Es un espacio dedicado a toda la movida rolera, “un lugar amigable donde se pueden empezar un montón de aventuras y conocer un montón de gente”. Su base está en YouTube, pero también se encuentran en otras redes sociales, como Instagram, Twitter y TikTok; transmiten por Twitch y tienen una comunidad en Discord.
El equipo detrás de esta gran producción está conformado por varies integrantes: Bachi, Luciana, León y otres más. Chester es la mascota del canal, un mímico adorable que es un monstruo con forma cofre de Calabozos y Dragones.
La taberna nace cuando León y Luciana estaban conversando en el trabajo. Él empezó diciendo: “Che, ¿sabés qué estaría re bueno? Jugar rol como espectáculo. Que puedas ir a un bar, ver gente jugando rol y que sea divertido”. Entonces ella dijo algo con mucha razón: antes que nada había que crear a la audiencia, ¿por qué no empezar haciendo videos sobre los juegos de rol?
La famosa túnica
“La túnica ya la tenía de antes y se volvió sumamente importante”, recuerda León. En el momento en que apareció la cámara en frente suyo la timidez regresó: no podía hablar y los nervios lo consumían. Pero la vestimenta violeta le dio protección, lo ayudaba a ponerse en el papel de otro personaje, se convirtió en otro León y así hoy en día cada vez que aparece en cámara se lo puede ver con su túnica. Al comienzo era él quien protagonizaba todos los videos, pero con el tiempo se fueron sumando Luciana y Bachi, que desde el comienzo se encargaron del trabajo de edición.
Hacían un vídeo por semana, era uno de sus objetivos iniciales. Les costó mucho trabajo pero les dio presencia rápida. “Al principio llegar a mil suscriptores fue un montón, festejamos los 150, los 500, los mil y todavía seguimos festejando –explica–. Ahora estamos en 14600 y es una locura”. El sueño de un espectáculo de rol lo cumplieron también, en febrero de este año dieron cierre a Metaroleando, un evento exclusivo de rol, con un gran show: jugando Calabozos y Dragones. El pánico escénico regresó, pero fue nuevamente superado. No sólo fue con la ayuda de la túnica sino que recibió mucho apoyo y una contención “super necesaria”.
El verdadero León
Cuando León contempla su relación con los juegos de rol a través de los años llega a una fuerte conclusión: “Además de ayudarme a hablar con la gente, estoy seguro que hoy no sería la persona que soy si no hubiera jugado rol. Todas las conexiones que jamás hice en mi vida, o de mi trabajo, mi éxito o fracaso personal, están todas vinculadas a que puedo jugar rol”. Evoca un camino de aprendizaje, superación y diversión.
Mientras acaba su café, habla desde la humildad y recuerda su infancia en una familia con bajos recursos, donde eran siete hermanos y no podían comprarles juguetes: “Siempre tuve mi imaginación y cuando encontré el rol descubrí que no necesitaba nada más y podía tener todo”. El rol no se trató de un simple juego, fue una ayuda para hablar y entender su propia situación económica “de una manera que ninguna otra cosa podría haberlo hecho”.
“Considero que todas las personas tienen una voz artística, hay para cualquier persona un medio artístico por el cual se puede expresar completamente. En mi caso es el rol, yo sé que cuando estoy jugando rol soy la persona más verdadera que puedo ser”, concreta con modesta confianza.
La cafetería está cerrando sus puertas y cumple su deseo escuchando a León Marcilla pronunciando en voz alta su ikigai: “Yo lo veo como mi voz artística. Mi forma de arte es dirigir rol”.
Periodista. La estación de Rol. Directora de mundos y caos! 🔥